jueves, 31 de diciembre de 2009

El año del cambio



Después de pedir la enésima disculpa por la tardanza en reaparecer, inmerso en plenas navidades y empezando a rellenar la lista de nuevos y quizá buenos propósitos para el próximo año, aprovecho para hacer un última reflexión de lo que ha sido 2009 en el ambiente blanquirrojo.

Antes, he de admitir, que el día 31 de diciembre (nochevieja, para algún despistado) es algo que no me acaba de convencer. Es un día extraño. Me identifico más con la nochebuena. La noche del 24 es algo más navideño, más solemne, más familiar, da el significado real de estas fiestas. El día de hoy es el típico día en que sólo se piensa en si los langostinos que traerá el resto de familiares estarán jugosos, si te entrará el traje después de los últimos excesos o tendrás que elegir entre llevar el pantalón por encima o debajo de la barriga: Fraga o Cantinflas al fin y al cabo. Es el día en que esperas que las copas del cotillón sean eso 'copas', no cocteles-molotov con hielos y pajita; también es momento para plantear la estrategia que se usará para conquistar a fulanita... Todo esto rodeado de matasuegras, moscatel (que sólo unos pocos acaban tragando) y espumillón a raudales. Además si el primer clip del año entrante está protagonizado por Bisbal o Bustamante, es ahí cuando dan comienzo los malos presagios para 2010. Esperemos que no se así.

El 2009 se acaba. Para bien o para mal. Quizá ahora si se piensa en frío (y tanto, dirá alguno), parece un simple año más, pero en lo que a la actualidad del fútbol riojano concierne, ha sido un año de mucha metralla.

Todo comenzó con la hecatombe definitiva ocurrida al inicio de temporada en Navarrete. Allí, los pocos jugadores que quedaban del histórico decidieron no presentarse lo que conllevaba la expulsión de la categoría y el adiós definitivo del club. Maldito y triste final para un equipo cuyo valor patrimonial nunca se llegó a reconocer como es debido. No pretendo extenderme más, qué estos días son para estar alegre o, al menos, parecerlo.

A partir de ese momento llego un ciclo de reflexión, de ideación de nuevos proyectos, de rumores. Los aficionados 'de toda la vida' se pusieron manos a la obra hasta lograr, con mucho esfuerzo y trabajo de por medio, la creación de lo que hoy en día es la Sociedad Deportiva Logroñés. Parecía tener un lento camino por delante, pero bonito y romántico, cuando el ascenso del Varea propició el movimiento en las altas esferas hasta llevar a cabo la creación de la Unión.

Llegados a este punto es cuando los debates se intensificaron, hasta no llegar a ninguna conclusión y seguir la ciudad inmersa en la misma división de antaño.

Con las diversas competiciones a punto de llegar a su ecuador, ambos conjuntos se encuentran en la situación que a priori se esperaba de ellos. La Unión, con un semestre muy irregular se encarama al puesto numero 12 de la clasificación, con más dudas que juego y con una afición que empezó impresionante y según entraba el frío y la apatía al equipo se fue distanciando. Aún así parece el testigo más real para lo que se quiere en un futuro. La Sociedad por su parte se toma el turrón sabedor de que es virtualmente equipo de Tercera División y conocedor de que su máximo rival en lo que queda de temporada no es otro que el mismo. La ambición, los nuevos objetivos y las ganas de agradar a su afición son los únicos motivos para seguir con tensión, el resto de equipos no pueden lograr arrancarles mucho más. Existe años luz de diferencia.

Es, por tanto, el final de un año raro. En el que volver al Municipal no es lo mismo que cuando ibas a ver al 'chuta', las sensaciones son diferentes. Pero los tiempos cambian y todo llega. Ahora el objetivo para el 2010 no debe ser otro que el de unificar a la afición riojana y juntos poder llegar a ser algo.

¡Feliz navidad y próspero año nuevo!