jueves, 19 de marzo de 2009

Renovarse o morir



Son ya mediados de marzo y no hay grandes ni pequeñas novedades. El asunto sigue en punto muerto. Tras la poco sorprendente decisión del juez de dar por concluidas las diligencias y archivar el caso sólo queda que el Juzgado número dos cierre el chiringuito por completo. Nada podrá hacer Sánchez. Por mucho que siga hablando en los medios. Sus conciertos y sus placas, quedarán en eso, una utopía. Y para corroborarlo el Ayuntamiento rechazó su proyecto. Además respondió con argumentos técnicos. Disimulando al menos que lo estudiaron.

El rumor está en la calle. Las "quedadas" clandestinas de los aficionados más internos han dejado de tener esa condición. Ahora son públicas y su mensaje también. Se quiere un club nuevo, que se llame "Logroñés". Y proseguir la idea del antiguo. Y que la estructura del nuevo buque sea como las de antes. Sólo de los socios. Nada de Sociedades Anónimas. Se quiere que la labor de las instituciones y empresas sea sólo de patrocinio. Que el club sea de sus socios "Por la unión de la afición del C.D. Logroñés". Idea bonita e ilusionante en la teoría. Difícil en la práctica.

Además se sabe que hay otros varios proyectos en ciernes. Pero estos ocultos todavía. Estos otros proyectos vendrían respaldados por empresas. Uno se sabe al menos que por una tienda deportiva y unas bodegas. Un ex-jugador y ex-entrenador del equipo estaría detras de ello.

Pero la idea de la afición blanquirroja parece pasar por empezar de cero. Desde abajo. Por los cimientos y que cada decisión sea tomada por los socios. Y por supuesto nada de Javier Sánchez.

A modo personal no me parece mala la idea. Creo que nos hemos acostumbrado a que las cúpulas de los clubs sean reuniones de magnates. Y casi hasta lo celebramos. Por alguna extraña razón pensamos que un rico, que es alguien que colecciona billetes, tendrá menos tentación que otro a la hora de verlos pasar. Además hay que ver que en nuestro caso estos últimos magnates no tenían ni eso. Y sí ganas de verlos pasar. Para mi es una buena noticia que el club sea regido por personas comunes que amen al club, y quieran lo mejor para él. Al menos en sus inicios, hasta cuando sea posible. Me gusta la idea de que personas normales opten a puestos de mando. Este nuevo grupo vendría sin políticos ni placas solares, sólo con ayudas en forma de patrocinio. Aportaría una importante entrada de aire fresco y un contacto más cercano con la realidad.