Mayo avanza mientras los rumores se mezclan con los primeros rayos de sol. Algunos fuertes y conocidos. Otros leves y sibilinos. El primer grupo hace referencia a la Plataforma Puerta Cero, los segundos a la figura de Félix Revuelta. Si, el mismo. El Florentino riojano, salvando las distancias (enormes). Mientras el autentico proclamó hace pocos días su vuelta imperial en el Ritz (con más expectación que Obama). El FP riojano lo hizo de una forma extraña. Dudosa, que hace pensar. Y malpensar. Habla de fórmulas raras. De patrocinio al Varea en la fase de ascenso y luego a esperar. Habla de proyectos serios. De balonmano, de la solvencia de Naturhouse, de la necesidad de reactivar el fútbol en La Rioja.
Por su parte, la Plataforma Cero tuvo su primera reunión popular en la Biblioteca Pública de La Rioja dónde acudieron al menos dos centenares de personas. Parece que la idea va cuajando en la población logroñesa. Llegados a este punto parece que ambos proyectos se contradicen. Pienso en errores del pasado. La idea de empezar de cero, de ver al bebé crecer y enseñarle a andar, recuperando los valores y sentimientos de su progenitor; contra la idea de fama rápida y fútbol de salón. Se plantea un debate moral en las formas. El amor verdadero o el artificial. Pero también el barro o los estadios históricos. Y mientras Sánchez incordiando.
Los políticos apoyan ambas ideas, no se mojan. Buscan la foto y salir con el perfil bueno. Para variar.
Parece que la cordura nunca llegará a esta ciudad. Parece imposible que todos rememos en un mismo sentido. Afición, club, empresarios, políticos, prensa, dinero… nunca cabrán por el mismo tubo. O club. Parece que los sentimientos y la masa popular están condenados a vivir en la miseria, sin un billete en los bolsillos y malgastando sus gargantas en campos de hierba artificial. Mientras que el dinero irá a parar a proyectos sin alma y poco mundanos.
Si yo fuera del nuevo Logroñés (directivo con sillón de cuero) defendería con el mismo ahínco la idea de un nuevo club de los logroñeses asociado con el poder de los billetes. Lo digo porque llegados a estas fechas percibo entre los seguidores blanquirrojos una cierta resignación. Un ¿qué hacemos ahora? Creo que el proyecto de Puerta Cero lleva ahora mismo una cierta ventaja. Pero si fuera uno de sus representantes me pondría a hablar con instituciones y empresarios. A buscar sponsors. Es muy bonito pensar que se puede vivir del aire, pero la realidad dictará otras situaciones. Si yo fuera uno de ellos, intentaría ser creativo y sentarme en un sillón de flores. Rodaría un spot que se proyectara a los aficionados al fútbol de la ciudad. A esos que hace unos meses, o años, o décadas, acudíamos a Las Gaunas. Realizaría un anuncio que tocase la fibra de los ex-aficionados. Algo que resumiera la idiosincrasia del club, su pasión y su diferencia. El objetivo sería llegar con el sentimiento hasta donde no alcanza en estos primeros compases el dinero, que es un trecho. El plan sería convencer mostrando la riqueza propia, la gente, su fidelidad y también, cuando procede, su rabia ante otros monstruos artificiales.