Que salga el sol

Prometió un plan espectacular. Y aquí está. No deja indiferente a nadie. Lo ha presentado antes de tiempo. Antes de lo que se esperaba. El plan, como todo el mundo sabe, consiste en convertir la superficie del Municipal de Las Gaunas en un gran jardín de placas solares. Unas placas que doten de energía a todo el nuevo barrio que se está construyendo en las aledaños de las Gaunas. Con ello, se pretende recaudar los fondos necesarios para combatir la deuda. Integra. La histórica. Y a falta de lo que digan en el Consistorio, y un poco más arriba, parece una forma viable para paliarla.

«Hay veces que sólo miramos hacia el suelo y hacia el frente para no tropezar. A mí se me ocurrió mirar hacia el cielo». Desde el seno del club, siempre se habían buscado ayudas en el exterior. No se proponían soluciones de dentro. Ahora si. El plan está algo fresco. Y necesita la ayuda de todos para salir adelante. Parece ser que desde el Ayuntamiento se está de acuerdo con la idea. Pero quédan muchos flecos. Además se habla de la realización de un concierto de tintes estelares para el verano de 2009. Cuyos fondos irían también a reducir la dueda. Esto nos suena.


Javier Sánchez parece renovar aires e ilusiones. Habrá que ir quemando etapas. Pero este proyecto, unido a la marcha definitiva de JHP, puede propiciar la vuelta de aficionados algo "quemados" con la situación. Se puede volver a soñar. Con cautela eso sí. Es pronto aún. Pero parece la vuelta al ruedo de una institución que se acostumbró a los enemigos de dos mil metros e incluso más altos.

Sánchez se lo ha tomado como algo personal. Un reto. Viene a demostrarse a sí mismo que puede. Según él, se va a entregar en cuerpo y alma. Aunque el aficionado blanquirrojo no logre captarlo.

Que lo paren ahora, si pueden. Sólo pido que aquellos que auguran un descalabro monumental, el batacazo de un nuevo mesías chupa subvenciones, sepan esperar un poco. Calma con el reloj. Tampoco pido que pongan a enfriar el cava. Tan sólo paciencia. Y buenos alimentos. Al fin y al cabo llevamos poco más de una década tirando de fast food. Y si lo consígue, habrá que aceptar que este navarro y osasunista confeso habrá realizado una papeleta impensable para gente de aquí, de nuestra tierra. Habrá que tildar a este personaje con tintes de altivo dictardor, como lo que será, ya que se habrá convertido, en el fondo y en la forma, en nuestro salvador. Quizá el más grande que jamás hayamos visto.