viernes, 16 de enero de 2009

El cambio sin cambio



Ayer se celebró la famosa junta de accionistas. Ningún cambio sustancial. Sólo que Sánchez es ahora Presidente a todos los efectos. Salvo un pequeño escollo, con (parece) rápida solución. Después de una buena comilona se citaron por la tarde los interesados en el Municipal para realizar la susodicha parafernalia. Ahí ambos despotricaron a gusto. Hortelano exculpándose. Diciendo que ha perdido más de cuatro millones de euros. Golpeando al PR por intento de asesinato al club. Prometiendo mucho y regalando nada.

Sánchez por su parte agradeció los "favores" de JHP al club y se limitó a decir que esto sigue para adelante. El lunes anunciará el famoso concierto (suena Shakira) y prometió que hoy haría efectivos los pagarés. Además anunció su nuevo organigrama y el próximo entrenador: Alejandro. También prometió nuevos jugadores a lo largo de la semana. Mucha palabrería pero pocos hechos. A lo largo del día de hoy todavía no se han resuelto el problema de los pagos.

El aficionado blanquirrojo ya no sabe que pensar. Se la intentan colar por cualquier rendija. Nadie quiere ser villano y todo el mundo un héroe. No hay grandeza en el derrumbe ni en los traidores. Esto es una pesadilla. Esta aventura no da para una novela. Es una mezcla de miserias. Sólo hay vanidosos enfermizos que se pelean por salir en la foto, aunque la foto les retrate cruelmente. Sólo nos queda oxigenarnos con el fútbol. Y ya parece que ni eso. Por qué díganme quién es el guapo que jugará el domingo. A lo mucho, algún cadete ilusionado.

Otra vez vuelven los fantasmas. Julio Jiménez ronda cualquier movimiento del club. Y su papel sigue siendo una incógnita. Vuelven las conspiraciones. Más espadas que fútbol. El balón se mezcla nuevamente con los despachos Y los goles con los reproches. Después de escuchar a ambos presidentes quejándose de la situación me entra la duda en la cabeza de por qué se meten en dónde no les llaman. Me sorprende el apego a los puestos, a los sillones de cuero. Estoy harto de ver a estos dirigentes contando lo mal que se vive en las alturas, pero que se niegan a abandonar el cargo. Empiezan en no cumplir la palabra dada y luego se hacen trampas hasta en los solitarios.

Culpan a los que le rodean, disparan hasta a los palmeros. Me pregunto si la vanidad compensa tanta erosión . Me resultaría absurdo continuar cuando la gente niega o duda. Lo triste es que quien pierde en este tiroteo es el de siempre, al que le toca encajar todos los golpes. Y sólo tiene un nombre. El Club Deportivo Logroñés.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo que no se puede permitir es que Hortelano siga mintiendo a diestro y siniestro cuan fue él quien nos mando por dos veces al pozo.

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón, Nacho. Son un grupo de mentirosos e interesados.

Anónimo dijo...

Nos queda menos de una hora de vida...