No puede acabar así

La tarde de ayer no era una cualquiera. El partido quizá si. Pero las circunstancias no. La afición se encaminó hacia el estadio consciente de las circunstacias que rodeaban al equipo. Consciente de la imperiosa necesidad de estar al lado del plantel, de transimitirle cercanía y apoyo. Los jugadores habían tenido una semana complicadísima de encierro que culminó con la mala suerte de Varea. Todo una injusticia.

Pero ayer era una tarde para cambiar las tornas, para ganar, para disfrutar plantilla y afición juntas. Para darle una vez más motivos a Sánchez para que pague. Y así fue. Aunque todo empezó cuesta arriba tras un gol tempranero del Cenicero tras rematar Oliván a la red un magnífico centro proveniente de la banda izquierda. Pero poco duró ese resultado, ya que tan sólo un par de minutos después Escalada empató el choque al transformar un penalti cometido a Cameros. Con ese resultado llegaron al ecuador del partido. Pero en la segunda parte, el Logroñés se puso las pilas para acabar goleando. El Cenicero sólo se defendía con jugadas aisladas de su mejor jugador y su referencía arriba: Gonzalo Díaz. Que al más puro estilo Robison Crusoe lo intentó todo (un tiro al palo y un impecable testarazo al que Pascal tuvo que emplearse a fondo para repeler). Mientras tanto el Logroñés seguía a lo suyo y gracias a un genial Andoni, que marcó un golazo y dio una asistencia a Miguel, sentenció el partido.

Al final, emotiva ovación de la afición a sus jugadores, que eran sabedores de la posibidad de que fuera la última. Esto puede acabarse. El jueves se sabrá todo. Pero uno de los pasos oportunos para que se continue era que hoy apareciera en el BORME. Y por mucho que busco, no aparece. Mala señal.